El pasado mes de agosto recibimos en la comunidad de Los Chorros una invitación; la comunidad de el triunfo, en el Oriente del país, preparaba una misión con el grupo juvenil de Sierra. Querían ofrecer a los jóvenes de la Parroquia una experiencia de misión, que les animara y arraigara en el compromiso, que como jóvenes cristianos han querido asumir en su comunidad.
Es por ello que hacía la invitación a que algún estudiante del teologado, pudiera participar en esta actividad, comparitr y colaborar en la formación y animación de estos muchachos.
Vicente Cancino y José Miguel Cambero nos apuntamos para esta experiencia, y salimos al Oriente desde el 25 de agosto, para participar en esta campamento juvenil.
Allí estuvimos desde el 27 al 31 de agosto, en la Escuela de Los Manacales, atendiendo desde allí tanto a dicha comunidad como a Río Piedras. desde la llegada me llamó la atención la buena organización e implicación de algunos muchachos en el trabajo a realizar, junto con el hermano Quiterio estuvieron en movimiento desde mucho antes para llevar a buen término este proyecto. El grupo juvenil en general tiene gran capacidad en asumir trabajo pastoral y lograrlo. A leguas se nota gran nivel de conciencia sobre el compromiso del joven en su comunidad y la proximidad y apertura para el trabajo conjunto de parte de la comunidad claretiana.
La experiencia de misión fluyó fácilmente. El grupo juvenil camina con gran soltura, se nota que la "misión" para ellos no es cosa esporádica sino de todos los días; "contacto con la gente", "compartir experiencia de Dios", "acompañar a otros", no es algo nuevo en la vida de estos muchachos, al contrario, está bien asumido.
Mucha vida y movimiento hubo en este campamento; alegría, jocosidad, sabor, cercanía, y mucha música (como es natural en el Oriente) caracterizaron esta experiencia, una experiencia que sin duda ha quedado en la mente de muchos, sobre todo en la de los jóvenes del grupo juvenil de Sierra, quienes han quedado con ganas de más: de más alegría y compartir, de más jocosidad, cercanía y música, pero con toda seguridad, han quedado con ganas de más misión y más trabajo. Esperamos desde Caracas, poder seguir acompañando a estos muchachos y a estos hermanos nuestros en su misión por las tierras orientales del delta Amacuro. Ánimo a todos en esta gran Misión, con sabor a Calipso.
Estudiante José Miguel Cambero cmf
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