Hoy
comienza un nuevo mes y con ello, se da inicio a la gran esperanza de nuestra
gente. Es un mes dedicado a la devoción que se le tributa a la madre de Dios.
Nuestra
parroquia, no quiere ser ajena al sentir del Pueblo de Dios y es la razón por
la que ha decidido acompañarlos en la fe que sienten por María, en éste mes
dedicado a su devoción. Nuestra gente ve en María un miembro más de la familia,
que con su cercanía acompaña, vive y siente, todo lo que cada uno padece en los
hogares.
Es
su estar ahí, su presencia, compañía y su caminar con cada uno de ellos, lo que
cada uno valora de esta gran mujer y por tal razón, tributan especial devoción.
Es un mes de esperanza para el pueblo venezolano y ven en María ese refugio en
el camino que emprenden.
La
parroquia ha querido hacer de este mes algo especial, un mes donde desde la fe
en esa mujer sencilla, María; se pueda ver el rostro de Dios que perdura en
nuestra sociedad. Se abre entonces este mes con “María misionera del Padre”.
María
no es otra que aquella que escuchó atentamente al Padre y ha decidido ponerse
en camino de mostrar a todos la Palabra hecha carne. No es gratuito que la
Palabra de hoy domingo exprese: “El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre
lo amará y haremos en Él nuestra morada”. Ella ha sido la primera de entre todos los
seres humanos que dejó morar la Palabra en su vida, tanto fue su entrega que le
dio vida a esa Palabra y la hizo uno de nosotros.
Esa es
María, la que sigue acompañando a su pueblo, en este mes quiere hacerlo aun más,
en las casas de nuestro parroquia, por eso; ha sido enviada la Madre del divino
amor como embajadora a las casas de nuestros sectores. En misa de 6 pm, se
bendijeron unas imágenes que tendrán la tarea de ir casa por casa para que las
familias se reúnan en torno a ella a elevar una oración a nuestro Padre
Celestial.
Son
muchos los que se unen al canto para expresar: “María ven, llévame de la mano a
Jesús y enséñame a amarle, como le amaste tu”.
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